De encuestas y realidades

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Mientras hablamos de sondeos, encuestas, posibilidades y conjeturas, la realidad nos abofetea la cara. David Cameron se alza con la mayoría absoluta en el Reino Unido, superando en casi cien escaños a los laboristas, y se lleva por delante a Miliband, Clegg y Farage. Fallaron, pues, estrepitosamente, los pronósticos de un empate técnico entre laboristas y conservadores. Los otros triunfadores de la jornada, los nacionalistas escoceses, que consiguen la práctica totalidad de los escaños reservados a esta región a costa, también, de los laboristas.

Las primeras en celebrarlo en nuestro país han sido las empresas del Ibex con intereses en el mercado británico, proclives a la estabilidad que augura la continuidad de los conservadores al frente del Gobierno, frente a un hipotético caos de atomización parlamentaria. Iberdrola (propietaria de Scottish Power), la aerolínea IAG (fruto de la fusión de Iberia con British Airways) o Ferrovial (con una importante cartera de negocios en el Reino Unido) han inaugurado la jornada al alza, aunque con altibajos a lo largo de la mañana.

Y mientras los británicos debaten sus fallidas encuestas electorales, en España analizamos las nuestras. El CIS da aliento al PSOE, que se situaría a poco más de un punto del PP, con un respaldo del 24’3% frente al 25’6% de los populares. Ambos se mantienen a una cómoda distancia con respecto a las fuerzas emergentes. Podemos, con un 16’5%, y Ciudadanos, con el 13’8%, serían tercera y cuarta fuerzas, con la particularidad de que para Ciudadanos implica un espectacular ascenso frente a las previsiones de hace cuatro meses, mientras que a Podemos le ocurre todo lo contrario: está en caída libre. Muy por debajo, al fondo de la tabla, Izquierda Unida y, sobre todo, UPyD, que sigue acusando el error estratégico de menospreciar a Ciudadanos.

Así pinta el CIS de mayo, pero aún quedan, por lo menos, seis o siete meses para las generales, y ya vemos lo que pueden cambiar las cosas en cuestión de sólo cuatro meses (si lo comparamos con la encuesta previa del CIS, del mes de enero) o incluso en cuestión de horas (si atendemos a las erráticas previsiones en el Reino Unido). En este contexto, no es de extrañar que las negociaciones en Andalucía no acaben de fructificar, pendientes todos ellos de un futuro tan incierto que cualquier paso en falso podría hacerlos tambalear.

Y todo coincidiendo con el inicio del nueva campaña.

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