España mejora para el FMI

El Fondo Monetario Internacional da un nuevo espaldarazo a la política económica del Gobierno. O al menos así lo ha interpretado el Ejecutivo, que se ha dado el primer baño de éxito en la persona del secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Íñigo Fernández de Mesa, el primero en salir a valorarlo.

gráfico FMIEn el informe Perspectivas Económicas Globales, que el FMI acaba de hacer público en Pekín, hay pocos países que mejoren sus previsiones. Y, entre ellos, destaca España, para la que el organismo fiscalizador concede un crecimiento del 2% durante este año recién estrenado. Implica tres décimas más de lo que nos auguraba hace pocos meses y el mayor crecimiento en Europa (en 2015 y en 2016). También sale bien parado Estados Unidos, pese a las dificultades de un gobierno en desventaja frente al “asedio” republicano. Del otro lado de la balanza están prácticamente todos los demás países: Alemania (1’3%), Francia (0’9%), Italia (0’4%) Japón (0’6%), América Latina…

Varias cuestiones tiene en cuenta el FMI a la hora de hacer predicciones: desde la bajada del precio del petróleo (favorable en países importadores como España, con evidentes beneficios para los consumidores y para el gasto energético de las empresas) hasta la depreciación del euro y su repercusión en las exportaciones o la preocupante inflación negativa bajo amenaza de deflación.

Las previsiones experimentarán, sin duda, modificaciones a lo largo de todo el año. Dependen de múltiples factores cuyo desarrollo influirá en el resultado final. Esta misma semana se dan tres citas de gran relevancia en la economía transnacional: la puesta en marcha del ambicioso programa de compra de deuda pública y privada (Quantitative Easing) por parte del Banco Central Europeo el próximo jueves; el Foro Davos, y su influencia en las agendas políticas y económicas mundiales; y las elecciones griegas, en las que está en juego el debate sobre la posible salida del país de la zona euro (ya le han puesto hasta nombre: Grexit).

Así las cosas, lo que queda meridianamente claro es que España ya no está entre las principales preocupaciones del Fondo Monetario Internacional.

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